Enclavada en un entorno donde la naturaleza y la arquitectura se fusionan con elegancia, esta casa nos transporta a un mundo de serenidad y romanticismo. Con una marcada influencia del estilo provenzal, pero con toques contemporáneos, cada rincón de esta vivienda está pensado para evocar calidez y belleza atemporal.
Colores que Susurran Tranquilidad
Los tonos suaves y envejecidos dominan la paleta de esta casa. Los azules desgastados de la cocina nos remiten a las antiguas casas de campo del sur de Francia, combinando nostalgia y frescura. En el lavadero, el verde antiguo envejecido aporta una sensación de historia y carácter, mientras que el blanco de las paredes de piedra otorga luz y amplitud. El mobiliario y la carpintería siguen esta misma línea de matices naturales y apacibles, en armonía con la esencia de lo rústico refinado.
La Cocina: Alma de la Casa
La cocina es el punto de encuentro por excelencia, y aquí se vive como un espacio de inspiración y vida cotidiana. Los muebles en azul provenzal con detalles envejecidos crean una atmósfera acogedora y sofisticada. La madera natural de las sillas tipo cafetería aporta calidez y autenticidad, contrastando con la mesa en el mismo azul, pero con un acabado desgastado que cuenta su propia historia. Este equilibrio entre lo rústico y lo contemporáneo da como resultado un ambiente funcional sin perder la esencia romántica.
El Lavadero: Un Rincón con Historia
El lavadero es una joya que se integra a la perfección en esta casa con encanto. El lavamanos de cerámica blanca, acompañado de una grifería vintage en dorado envejecido, evoca la nostalgia de las casas antiguas. El mueble en verde envejecido resalta contra la pared de piedra blanca, creando un juego de texturas que refuerza el carácter del espacio. Pequeños detalles refuerzan la sensación de que este rincón ha sido cuidadosamente diseñado para transmitir armonía y autenticidad.
Las Sensaciones que Habitan la Casa
La casa está impregnada de una atmósfera de serenidad y romanticismo. Cada objeto, cada textura, cada flor ha sido colocado con intención. Los jarrones repletos de flores frescas están por todas partes, añadiendo aromas naturales y colores delicados que refuerzan la conexión con la naturaleza.
En el jardín, un majestuoso rosal Pierre de Ronsard de Meilland se convierte en el protagonista. Sus flores, con pétalos en tonos crema y rosa pálido, parecen salidas de una pintura impresionista, aportando una belleza etérea que convierte el exterior en una continuación del encanto interior.
La Escalera: Un Paseo entre la Naturaleza
Uno de los rincones más encantadores de la casa es su escalera de madera pintada en azul, un tono que aporta frescura y serenidad. Este espacio está bañado por una luz natural que realza la belleza del color y da una sensación de amplitud. A lo largo de la pared, una colección de cuadros botánicos enmarcados en tonos pastel crea una galería inspiradora. Flores silvestres y delicadas ilustraciones botánicas nos recuerdan la conexión con la naturaleza, evocando la calma de un jardín en plena primavera.
El Banco Azul: Un Pequeño Rincón de Descanso
En una de las estancias, un banco de madera azul sirve como lugar de descanso para quitarse los zapatos o simplemente sentarse a contemplar la casa. Su diseño sencillo y funcional refuerza la estética provenzal, donde cada elemento tiene un propósito pero también un encanto especial. Este pequeño detalle, lejos de pasar desapercibido, aporta calidez y un toque acogedor a la estancia.
Las Sensaciones que Habitan la Casa
La casa está impregnada de una atmósfera de serenidad y romanticismo. Cada objeto, cada textura, cada flor ha sido colocado con intención. Los jarrones repletos de flores frescas están por todas partes, añadiendo aromas naturales y colores delicados que refuerzan la conexión con la naturaleza.
En el jardín, un majestuoso rosal Pierre de Ronsard de Meilland se convierte en el protagonista. Sus flores, con pétalos en tonos crema y rosa pálido, parecen salidas de una pintura impresionista, aportando una belleza etérea que convierte el exterior en una continuación del encanto interior.
Texturas que Cuentan Historias
Las texturas en esta casa juegan un papel fundamental. La madera pintada y envejecida aporta profundidad visual, la cerámica y la piedra añaden un toque artesanal, y los textiles ligeros en tonos naturales suavizan el conjunto. Todo ello crea un espacio que se siente vivido, lleno de historia y carácter.
Esta casa es una expresión de equilibrio entre lo rústico y lo elegante, lo vintage y lo funcional. A diferencia de las casas de campo tradicionales con muros en tonos cálidos, aquí el blanco domina las paredes, aportando luminosidad y frescura, mientras que los colores envejecidos de los muebles y la madera pintada en tonos suaves refuerzan la sensación de hogar.
Cada estancia transmite calma y belleza en su forma más sencilla. Es un hogar que invita a la contemplación y a disfrutar de la vida pausada, rodeado de pequeños detalles que convierten lo cotidiano en algo especial.
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